Estamos inmersos en una sociedad, en la cual compartimos y nos comunicamos permanentemente con diferentes actores, lo que nos permite intercambiar información, generando nuevos espacios de conocimiento. Así también, el proceso de enseñanza aprendizaje es un proceso holístico, es decir, se compone de un todo, por lo tanto no podemos hacer de la matemática un escenario aislado, sino que debemos considerarlo como multidisciplinario.
Todos sabemos que la matemática por naturaleza esta involucrada constantemente a nuestras vidas, al funcionamiento y desarrollo de estas.
Al integrar subsectores de aprendizaje tenemos una serie de beneficios, la dinámica de diversa estrategias actuará como un factor motivador, los contenidos se abordarán con mayor profundad y desde diversas perspectivas, utilizando, a la vez, variadas metodologías, por lo que los resultados mejorarán de manera importante.
Claros ejemplos para practicar en nuestras aulas, son actividades en terreno, lúdicas, contextualizadas a la realidad de nuestros alumnos y también los proyectos de aula.
Para llevar a la práctica dichas actividades, se requiere de la participación permanente y activa del recurso humano participante en el proceso educativo, se requiere contar con su disposición; iniciativa, proponiendo ideas y actividades, además de disponer del tiempo necesario para desarrollar las actividades propuestas, así como también se necesita de recursos materiales y/o tecnológicos para que de esta forma se cumplan los objetivos plantados de forma eficiente.
Como vemos colegas, la integración del subsector de matemática, es fundamental para lograr encantar a nuestros alumnos, y cambiar el estigma que se tiene de ella, proponiendo actividades diferentes, variadas, con objetivos claros y reales, y que tengan sentido.
